-¡Qué sensación más extraña! -dijo Alicia-. Me debo estar encogiendo como un telescopio. Y así era, en efecto: ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para pasar por la puertecita y meterse en el maravilloso mini-cooper!! ¡Volver a la pagina principal!